Injertos intraespecie e interespecie para producción de pimiento morrón en suelos contaminados con Phytophthora capsici Leonian.
Tesis de doctorado
Versión publicada
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
"secuencia la demanda de alimentos se incrementa en la misma proporción, al mismo tiempo los espacios para la producción agrícola se reducen, por el crecimiento de los asentamientos urbanos. México no es la excepción y los retos de la actividad agrícola mundial se centran en el desarrollo nuevas tecnologías que permitan incrementar los rendimientos por unidad de superficie y mejorar la calidad de los productos, una de estas tecnologías es el injerto. Que es un medio de propagación, que consiste en unir una parte de una planta a otra que ya está asentada. El resultado es un individuo autónomo formado por dos plantas y variedades. La planta injertada está constituida por un portainjerto que es la planta que recibe a la porción de tejido llamada injerto. El portainjerto generalmente no tiene valor agronómico, pero genéticamente contiene genes de resistencia o tolerancia a estrés biótico (King et al., 2010) o abiótico (Zhao et al., 2011). La otra parte es el injerto o variedad comercial que es una porción de tallo o yema que se fija al portainjerto para que se desarrollen ramas, hojas, flores y frutos (Hartmann et al., 1997).
El injerto tuvo sus inicios en Asia en la década de 1920 y se injerto de sandía, en países como Japón y Corea la utilización de este método ha ido en aumento (Sakata et al., 2007). Actualmente cultivos como: sandia, melón, pepino, tomate entre otros son comúnmente injertados con patrones resistentes a patógenos del suelo principalmente para su venta comercial (Sakata et al., 2008). Originalmente el propósito del injerto en hortalizas, era evadir las enfermedades causadas por parásitos y patógenos del suelo como Verticillium, Fusarium, Phytophthora, Ralstonia, Nematodos etc. (Louws et al., 2010; Rouphael et al., 2010), actualmente el injerto también se utiliza para evitar problemas de estrés abiótico (Penella et al., 2017; Oztekin et al., 2007), incrementar rendimientos, mejorar calidad del fruto, extender el tiempo de cosecha, así como reducir aplicaciones agroquímicas (Colla et al., 2010; Schwarz et al., 2010), además de mejorar la calidad comercial de los frutos (Bahar et al., 2013; Báez et al., 2010), ya que es una técnica eficaz para evitar enfermedades y en menor medida plagas de los cultivos (Álvarez., 2012), lo anterior favorece la tendencia de la actividad agrícola mundial que
es reducir la dependencia de los agroquímicos sintéticos (King et al., 2010), por lo tanto el injerto en las hortalizas representa una alternativa viable para una producción amigable con el ambiente (Ezziyyani et al. 2005). Dado que la importancia del injerto ha sido reconocida en los ámbitos agrícolas a nivel mundial, resulta una técnica muy eficaz, limpia y cuyo uso implica nulo impacto ambiental, comparado con los desinfectantes del suelo comúnmente usados (King et al., 2010), además se ha adoptado como forma segura para producción ecológica y respetuosa con el medio ambiente, ya que minimiza la absorción de residuos de agroquímicos indeseables (Myung et al., 2010).
Actualmente no existen híbridos comerciales de chile resistentes a todas las enfermedades causadas por hongos y bacterias presentes en los suelos de los sistemas de producción protegidas; sin embargo esta resistencia pudiera encontrarse en parte de híbridos comerciales o especies de origen silvestre y criollos, que puede servir de patrones a los cultivares comerciales, a través de la técnica de injerto (Schwarz et al., 2010). En México se ha reportado injerto de chile tipo ancho (García et al., 2010), también en chiles jalapeños y chilacas (Osuna et al., 2010).
Si la técnica de injerto se utiliza con las variedades comerciales de pimiento morrón, se podrían reducir de manera significativa las pérdidas cuantiosas, por enfermedades radiculares que alcanzan hasta 100% (Guijón et al., 2001; Rico et al., 2004). Además se han logran incrementos en rendimiento de hasta 50% y se reduce la incidencia de P. capsici (Sánchez et al., 2015; Muñoz et al., 2011) también se aumentan los rendimientos comerciales (Penella et al., 2017). En tomate injertado se han reportado incrementos de rendimiento de hasta 35% (Chew et al. 2012; Álvarez., 2012) y del 35% en la calidad del fruto de exportación (Báez et al., 2010), López et al., (2012), reportan incrementos superiores al 25% con el uso de portainjertos tolerantes. Y es una buena estrategia de adaptación para las condiciones de estrés abiótico (Lopez et al., 2014), por lo que la selección de portainjertos es de suma importancia en la mejora de la calidad de las plantas y la calidad comercial de los frutos (Huang et al., 2015), además debe existir una adecuada compatibilidad entre el portainjerto y la variedad (Ren et al., 2018). Los beneficios del uso de portainjertos es contundente, sin embargo debido a la tendencia de mayor uso en la técnica, surge la necesidad de probar los distintos portainjertos que se encuentran en el mercado y los nuevos que se agregan cada año, a fin de encontrar la
combinación más adecuada entre portainjerto/variedad que satisfaga los volúmenes de producción que demandan los productores, con los parámetros de calidad que requiere el mercado, y la calidad nutricional a los consumidores, es por eso que el objetivo del presente trabajo fue determinar el efecto de tres portainjertos comerciales sobre el rendimiento y calidad de la fruta en cuatro híbridos de pimiento morrón.
Es por eso que el objetivo del presente trabajo es obtener un portainjerto intraespecie o interespecie para pimiento morrón y su producción en suelos contaminados con Phytophthora capsici L"
Estudiantes
Investigadores