Biofortificación de tomate y lechuga utilizando complejos de quitosán-yodo para reducir su volatilización y aumentar su disponibilidad
Tesis de doctorado
Versión publicada
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
"El yodo es un elemento esencial para el ser humano, pues está involucrado en la síntesis
de las hormonas tiroideas triyodotironina y tetrayodotironina. El déficit de yodo es uno de
los más prevalentes en el mundo en comparación de otros nutrientes. La falta de yodo
puede ocasionar distintos padecimientos de gran importancia tales como: bocio,
cretinismo, hipotiroidismo, déficit mental, muerte al nacer. Mayormente conocidos como
desórdenes por deficiencia de yodo (IDD por sus siglas en inglés). Desde el año de 1920
surgió la yodación universal de la sal de mesa en Suiza y partes de Italia (Fuge y Johnson,
2015). Aunque los esfuerzos por disminuir el número de personas expuestas a déficit de
yodo han sido muchos, el 30 % de la población mundial aún no disponen de las cantidades
adecuadas de yodo en su ingesta diaria (Ma y Skeaff, 2017).
A pesar de que el yodo no se considera esencial para las plantas, algunos estudios señalan
que el metabolismo del yodo ha tenido efectos en la actividad antioxidante, biomasa y
que su acumulación ocurre principalmente en partes comestibles (Medrano-Macías et al.,
2016). Siendo este último punto un aspecto de gran importancia para el ser humano ya
que constituye un factor que aumentaría el interés por aplicar yodo en los cultivos.
Otro factor importante por considerar es la volatilización del yodo. La mayor parte del
yodo presente en suelos proviene de las formas químicas del yodo metilado originado por
la volatilización del yodo presente en el océano, derivado principalmente de algas marinas.
Una vez en la atmósfera, por medio de lluvia o deposición en seco entra al sistema sueloplanta
(Shetaya et al., 2012). El yodo molecular es un elemento volátil, también lo son las
especies I- y IO3
- presentes en el suelo, las cuales pueden volatilizarse como hidruros
(Sheppard et al., 1994). El yodo puede fijarse o unirse al suelo a través de atracciones
electrostáticas débiles, también se ha sugerido que su retención puede estar asociada
físicamente con el suelo y la materia orgánica (Sheppard y Thibault, 1992). Considerando
lo anterior se han propuesto diversas técnicas para mitigar la volatilización del yodo, entre
ellas el uso de materia orgánica, materiales adsorbentes o la aplicación de biopolímeros
como el quitosán (Medrano-Macías et al., 2016)"
Estudiantes
Investigadores