Variabilidad genética y patogénica de Xylella fastidiosa y alternativas de control en vid.

Abstract

La Enfermedad de Pierce de la vid (Vitis vinífera) es ocasionada por Xylella fastidiosa subsp. fastidiosa, una bacteria fitopatógena limitada al xilema que sobrevive y se multiplica en los conductos vasculares de la planta, los obstruye e impide el transporte del agua en la misma ocasionando su muerte. X. fastidiosa coloniza un amplio rango de hospederos, más de 300 especies de plantas reportadas que pueden encontrarse presentando o no síntomas (Stancanelli, 2015). La bacteria se disemina a grandes distancias mediante material vegetal propagativo infectado, mientras que a corta distancia se disemina principalmente por insectos vectores de las familias Cicadellidae y Cercopidae (Janse y Obradovic, 2010). Actualmente, X. fastidiosa se encuentra distribuida en Canadá, Estados Unidos, México, Brasil, Argentina, Costa Rica, Honduras, Paraguay, Perú, Venezuela, India, Irán, Taiwán, Turquía, Austria, Bélgica, Francia, Italia, Holanda, Serbia, Suiza, Yugoslavia y Morocco (CABI, 2016; EPPO, 2016). En México, la enfermedad de Pierce está catalogada como una plaga cuarentenaria, ya que se encuentra presente en el país y puede potencialmente causar pérdidas económicas en cultivos hospedantes por lo que se encuentra bajo control oficial. Está presente en los estados de Baja California Coahuila y en Querétaro (SENASICA, 2015). La enfermedad de Pierce representa una seria amenaza para las más de 29,000 has cultivadas con vid en México con valor aproximado de 4,500 millones de pesos (SIAP, 2014), ya que actúa de manera progresiva eliminando plantas y viñedos completos en un período de dos a cinco años. Una reciente epidemia causó pérdidas del 30% en viñedos de Temecula, Valley en California, Estados Unidos, con valor estimado de 46 millones dólares (Wallis y Chen, 2012) aunado al alto costo de la enfermedad en este estado que corresponde a 104.4 millones de dólares por año, 48.3 millones actividades de control y 56.1 millones costo de la pérdida de producción (Tumber et al., 2014). Hasta la fecha, no existe una medida preventiva efectiva o un control eficiente de la enfermedad.