Cambios físicos, químicos y biológicos inducidos por labranza de conservación en un suelo en condiciones semiáridas
Protocolo de investigación
Versión aceptada
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
De acuerdo con el Informe de la Situación del Medio Ambiente en México (SEMARNAT, 2013), el 44.9% de los suelos en México está afectado por algún proceso de degradación. Martínez y Jasso (2005), señalan que en México en los últimos cincuenta años los sistemas de labranza convencionales han provocado un deterioro constante del suelo, lo que ha limitado los incrementos en los rendimientos y en la productividad; sin embargo, existen alternativas como la agricultura de conservación para contrarrestar estas condiciones y a largo plazo, recuperar o mantener la calidad del suelo (Fuentes et al., 2009).
El mantenimiento de la calidad del suelo es crítica para asegurar la sostenibilidad del ambiente y la biosfera (Bastida et al, 2008) El sistema actual de manejo del suelo de los diferentes tipos de cultivos, es principalmente labranza intensiva y además incluye la utilización de diferentes insumos agrícolas, para aumentar la fertilidad de los suelos agrícolas, la eliminación de malezas y con esto aumentar los rendimientos sin embargo, el uso de labranza convencional, contribuye a la degradación de suelos y uso excesivo de energía disminuyendo su calidad (Nail et al, 2007).
La calidad productiva del suelo puede referirse a tres grandes componentes: productividad biológica sostenible, mantenimiento de la calidad ambiental y salud de plantas y animales (Karlen et al, 1997). La decreciente calidad productiva del suelo tiene un impacto negativo en la cantidad y calidad de los alimentos lo que afecta la nutrición y seguridad alimentaria de millones de personas en el mundo (Lal, 2009)
Se requieren el desarrollo de nuevas tecnologías para un manejo integrado de suelo que permitan satisfacer la cada vez más creciente demanda de producción de alimentos pero manteniendo la sostenibilidad de los agroecosistemas considerando el manteniemiento de su fertilidad en el largo plazo, y sus perspectivas socioeconómicas y ambientales (Killham, 2010).
Una alternativa para disminuir la excesiva remoción del suelo para el establecimiento de cultivos es la labranza de conservación como la labranza vertical realizada con implementos tipo cincel y la labranza cero en que los cultivos son sembrados o establecidos directamente sin realizar más labores (Derspch, 2007), lo anterior son variantes de la labranza de conservación que también disminuyen el incremento de la emisión de CO2 desde el suelo (Upendra, et al 2008).
El uso de mejoradores de suelo puede ser una buena alternativa de manejo de suelo para disminuir en el mediano y largo plazo el uso de energía o sustituir el laboreo mecánico para obtener una buena estructura del suelo, capturar y mantener carbono en el mismo por más tiempo evitando el aumento de su flujo a la atmosfera. Al utilizar mejoradores de suelo se crea un ambiente favorable para las raíces, mejorando así la estructura del suelo, aeración y la capacidad de retención del agua (Corley, 1984)
Los mejoradores de suelo (incorporación de materia orgánica) ayudan a mantener una buena estabilidad de agregados que permite la retención del carbono por más tiempo en el suelo, disminuyendo las emisiones de CO2 desde el suelo a la atmosfera; también los agregados estables mantienen una buena estructura y porosidad (Cooperband, 2002; Bronick and Lal, 2005).
Además de la labranza, las rotaciones de cultivos y los sistemas de labranza modifican la estructura del suelo, factor determinante para obtener una adecuada porosidad misma que influye en el perfil de la humedad (Venialgo et al., 2004). La rotación de diferentes cultivos, optimiza la red de canales radiculares, propiciando el incremento en la penetración del agua y la capacidad del suelo para la retención de humedad (McGarry et al., 2000).
Un estudio del efecto del manejo integrado de diferentes tipos de manipuleo mecánico, adición de mejoradores de suelo y el establecimiento de una rotación o monocultivo, arrojará mayor información para la toma de decisiones del manejo de labranza para un menor uso de energía y para la conservación de los valores de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo para sostener su productividad.
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Investigadores