Efecto del periodo del primer parto de vacas charoláis sobre el comportamiento de su progenie
Tesis de licenciatura
Versión publicada
Tesina
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
"La actividad pecuaria en México se encuentra distribuida en diferentes regiones agroecológicas. El norte del país, se caracteriza por ser una región árida y semiárida, donde sus agostaderos permiten producir becerros al destete destinados a la engorda tanto en el mercado nacional como internacional por medio de la exportación de estos becerros en pie a los Estados Unidos de Norteamérica (Carpenter, 1988).
Lo más común en los sistemas de cría de bovinos para carne en el norte de México, es que se realiza, sobre pastizales áridos y semiáridos con altas frecuencias de sequía que reduce la disponibilidad de forraje de buena calidad, lo cual dificulta el manejo nutricional del ganado lo cual se refleja en un inadecuado comportamiento productivo y reproductivo del hato (Flores et al., 2006). Es por eso que el inconveniente principal en este tipo de explotación, es su dependencia casi exclusiva de la lluvia para la producción de forraje.
Sin embargo, la producción animal depende de los recursos forrajeros con que se cuenta. Estos recursos representan la fuente de nutrientes más barata para el productor, y por lo tanto una buena alternativa para la alimentación de rumiantes en pastoreo. Los bovinos productores de carne y otros rumiantes aprovechan eficientemente el recurso vegetal y lo transforman en productos para consumo humano. Sin embargo, se presentan fluctuaciones en la cantidad y calidad del forraje producido a través del año y entre años, lo cual dificulta el manejo nutricional de las vacas, siendo comunes los períodos prolongados de inadecuada nutrición, y en consecuencia disminución en la productividad de los hatos ganaderos (Holechek et al., 2011).
Una estrategia de manejo reproductivo de ganado bovino en las regiones áridas y semiáridas es el uso de una temporada de empadre restringida. Esta práctica de manejo se utiliza para permitir que la época de empadre y por lo tanto de partos concuerden con las condiciones climáticas adecuadas para la producción de forrajes (Sá Filho et al., 2013). Estos autores mencionan que las vacas que se preñan al inicio de la temporada de empadre parirán primero en la próxima temporada de partos, y tendrán más tiempo para recuperarse para el siguiente empadre, mejorando así la probabilidad de restablecer la preñez y reducir el riesgo de ser eliminadas del hato.
Cuando se tiene una época de empadre restringida, dos características utilizadas para evaluar el comportamiento reproductivo de las vacas son la fecha del parto (FP), la cual es definida como el día del año en que paren las vacas y el día del parto (DP) el cual es definido como el número de días desde el comienzo de la temporada de empadre de un hato hasta la fecha del parto de una vaca (Urioste et al., 2007). La FP se utiliza cuando las fechas de inicio del empadre son las mismas cada año, en el mismo o diferente hato y el DP se usa cuando las fechas de inicio del empadre es diferente cada año en el mismo o diferente hato.
Algunos investigadores, han defendido el uso DP como una medida de la fertilidad de las hembras (Meyer et al., 1990; Johnston y Bunter, 1996). Una ventaja del uso de DP es que los datos son fáciles de recopilar; debido a que la fecha de nacimiento del becerro o del parto de la vaca es todo lo que se necesita (Bormann y Wilson, 2010).
En México se tiene poca información donde el manejo de hatos se ha realizado bajo condiciones extensivas en las zonas áridas y semiáridas, ya que la mayoría de los estudios se han realizado de manera intensiva mediante condiciones controladas. Por lo tanto, existen pocos estudios que han evaluado el efecto del DP sobre el comportamiento productivo y reproductivo de sus hijas en su primer parto realizadas en vacas productoras de carne de la raza Charoláis en el noreste de México"
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Investigadores