Ciencia y fe ¿controversia irresoluble?
Libro
Versión publicada
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
En las diferentes épocas de la historia del ser humano se ha observado que para algunos ministros de culto y algunos de sus seguidores, así como para algunos hombres dedicados al estudio objetivo de la Naturaleza, hoy en día llamados científicos y algunos de sus seguidores; todos ellos se han empeñado, entre otras cosas, por discurrir y mostrar la existencia de un gran conflicto entre la ciencia y la fe. Se han obstinado en señalar la imposibilidad de entablar un diálogo sano entre ciencia y fe; un diálogo en donde se reflexione sobre las múltiples dimensiones que conforman al ser humano:
sensorialidad, motricidad, afectividad, creatividad,
perceptibilidad, cognoscitividad, sociabilidad, cultura y valores; dimensiones que permiten al individuo ser un personaje integral y armónico, no mutilado e incompleto, que se desarrolla exclusivamente en tan sólo una o algunas de estas dimensiones. Desarrollo armónico e integral que incluye para la persona el poderse mover o transitar de manera simultánea por estas diferentes dimensiones del desarrollo, practicando y habilitándose de manera gradual en cada una de ellas , lo que implica, entre otras cosas. que el ser humano puede ser o representar al mismo tiempo una persona de fe y una de ciencia, sin que tenga que haber conflicto en esta disyuntiva, porque la fe del hombre científico es la misma que la de cualquier otro ser humano, sin importar su oficio o profesión. Es una fe que se caracteriza por ser fuente, e implicar fondo y sentir, así como plenitud, Es una fe centrada en la ciencia como fuente, como fondo, o como universo; o bien, una fe centrada en el método, en los procedimientos, en la prueba, o en alguna otra forma de expresión como elemento particular de la ciencia; siendo particulares que llevan a lo universal. El científico elige como figura a la ciencia y hacia
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donde enfoca y aplica su fe. De igual manera, cada hombre elige una figura hacia dónde dirigir su fe. así como su potencial, sus intereses, actitudes y habilidades, lo que implica que la figura cambia, pero la fe es única y permanece en cada individuo.
Siendo así, entonces el eterno conflicto entre ciencia y fe no sería motivado por la fe ni por la ciencia, sino más bien por la postura conceptual e ideológica de algunos personajes que incursionan o han incursionado en el campo de la ciencia, o bien en el campo religioso. lo que los ubica en sus trincheras ideológicas, y ocasiona que desperdicien la oportunidad de indagar y saber sobre ciencia y fe.
En este ensayo, pues, se diserta sobre ciencia y fe, que han estado presentes de manera implícita o explícita. evidente o no, intencional o no. en el proceder del investigador científico en todos los tiempos.
A lo largo de la historia de la práctica científica, los autores dedicados al estudio de la ciencia, los investigadores científicos y los documentos revisados son evidencia de la presencia de la ciencia y la fe en los individuos y en las comunidades científicas.
Por supuesto que en este documento no se hace referencia a la concepción equivocada de fe como símil de religiosidad eclesiástica o creencia religiosa, o como fanatismo ortodoxo adscrito a alguna creencia o ideología particular. Más bien se diserta sobre la fe natural del ser humano, cuando éste decide vincularse de manera activa con una fuente primigenia, universal y absoluta; una fe de la que no puede prescindir en su quehacer cotidiano, sea este objetivo (ciencia), subjetivo (genencia), o subjetivo
(creencia).
Estudiantes
Investigadores