Desarrollo de empaques activos biodegradables

Abstract

Los problemas medio ambientales derivados del elevado consumo de material plástico en diversos sectores, y del hecho de que el petróleo es una fuente de energía no renovable, cada vez mas escasa, han conducido a una continua evolución del sector. El desarrollo de materiales de envasado a partir de biomateriales supone el uso de materiales amigables con el medio ambiente (Marcos, 2011).

Múltiples estudios se han centrado en innovar y desarrollar sistemas de envasado empleando biomateriales, los criterios para la selección de un biomaterial incluyen aspectos técnicos como son las propiedades mecánicas y de barrera, ya que si no se poseen dichas propiedades, el envase puede desarrollar grietas, agujeros o zonas frágiles (Rodríguez, 2012). Otro factor importante es el que se refiere a las interacciones con el producto contenido para alargar la vida útil de los mismos, manteniendo su calidad, estos empaques denominados activos tienen múltiples funciones entre las que se destaca la capacidad antimicrobiana, que tiene como principal objetivo inhibir y/o retrasar el desarrollo de microorganismos descomponedores y patógenos (Suppakul, 2003).

La aspiración mundial de reducir el impacto de los envases sintéticos en el medioambiente se manifiesta en el aumento del interés del uso de envases biodegradables. En los últimos 20 años, los polímeros naturales, como el almidón, celulosa y péptidos, han recibido un interés creciente desde el punto de vista del desarrollo económico y por la preocupación medioambiental que rodea a los plásticos sintéticos (Escudero, 2011). Los empaques bio basados se han dividido en tres generaciones de acuerdo con su desarrollo histórico; y a su vez los empaques de tercera generación (consisten completamente en materiales biobasados) se han subdivido en tres categorías principales basados en su origen y método de producción. La categoría uno contempla a los polímeros directamente extraídos a partir de biomasa, la dos a los polímeros producidos por síntesis química clásica a partir de monómeros de biomasa y finalmente la tres a los polímeros producidos directamente por organismos genéticamente modificados (Robertson, 2008).

Un polímero que puede ser empleado en la industria médica, cosmética y alimentaria, debido a que es un compuesto biocompatible, que no presenta efectos tóxicos o mutagénicos, es el ácido poliaspártico, el cual pertenece a la familia de polipéptidos sintéticos y es biocompatible y biodegradable, soluble en agua. También es considerado como un producto sostenible y ambientalmente amigable, debido a su biodegradabilidad, que lo hace particularmente valioso desde el punto de vista aceptabilidad ambiental y deposito de desechos (Tudorachi, 2011).

Por lo anteriormente expuesto, el ácido poliaspártico y sus derivados la polisuccinimida y la polihidroxietilaspartamida, han atraído fuertemente la atención, como base para el desarrollo de biomateriales (Haoran, 2005).