Biorremediación de suelos agrícolas en México
Tesis de licenciatura
Versión publicada
Monografía
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
"En México existen cerca de 200 productos agrícolas que son cultivados dentro del país, entre los más destacados por su importancia en el consumo se encuentran el maíz, frijol, trigo, arroz, sorgo, caña de azúcar, tomate, chile y las oleaginosas por la alta producción de aceites derivados de sus semillas.
Se puede definir a la agricultura como la actividad en la cual el hombre, en un ambiente dado, maneja los recursos naturales, la calidad y cantidad de energía disponible y los medios de información, para producir y reproducir los vegetales que satisfacen sus necesidades.
La zona dedicada a la producción agrícola en México es muy amplia ya que ocupa poco más del 13% del total del territorio nacional, lo que equivale a 145 millones de hectáreas dedicadas a esta actividad, donde el maíz y el frijol representan más del 80 por ciento de la producción agrícola al ser los productos que más se cultivan en toda la República. Para todas esas actividades agrícolas se necesita uno de los recursos naturales más importante para todos los seres que habitan sobre la tierra; el suelo.
La agricultura ha contribuido a la degradación del suelo de diversas maneras. Esto incluye la pérdida de la fertilidad, la salinización, la contaminación por agroquímicos, la erosión debida a la eliminación de la cubierta vegetal por el sobrepastoreo o el movimiento constante del suelo. Todos estos tipos de degradación causan que la capacidad productiva del suelo disminuya, reduciéndose, por consecuencia, el rendimiento agrícola.
El suelo está compuesto por minerales, materia orgánica, diminutos organismos vegetales y animales, aire y agua. Es una capa delgada que se ha formado muy lentamente, a través de los siglos, con la desintegración de las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el viento. Las plantas y animales que crecen y mueren dentro y sobre el suelo son descompuestos por los microorganismos, transformados en materia orgánica y mezclados con el suelo.
Todas las sustancias que forman el suelo son importantes por sí mismas, pero lo fundamental es el equilibrio adecuado entre los diferentes constituyentes.
La materia orgánica y los microorganismos aportan y liberan los nutrientes y unen las partículas minerales entre sí. De esta manera, crean las condiciones para que las plantas respiren, absorban agua y nutrientes y desarrollen sus raíces.
Asimismo como hay un equilibrio, también puede haber una alteración en las propiedades del suelo como puede ser físico, químico o biológico por algún agente extraño a él, impidiendo que cumpla con su función. Pero gracias al avance de la tecnología existen técnicas para restaurar suelos contaminados como la biorremediación.
La biorremediación se basa en la utilización de microorganismos (levaduras, hongos o bacterias) existentes en el medio para descomponer o degradar sustancias peligrosas o contaminantes a sustancias de carácter menos tóxico (H2O, CO2) o bien inocuas para el medio ambiente y la salud humana.
Se trata de un proceso relativamente lento que requiere de meses o incluso de años pero muy económico si se efectúa adecuadamente. Por otro lado, su ventaja principal consiste en que los contaminantes son destruidos en una fase del ciclo del carbono.
Por otro lado tenemos a la agricultura orgánica, sustentable o ecológica, son los términos que usa en una agricultura que es ambientalmente amigable. Se puede considerar como una alternativa para combatir la erradicación de la desertificación y contaminación de suelos. Ya que evita la utilización de fertilizantes sintéticos que son los que más dañan la microfauna del suelo"
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