Asociación de regiones genómicas con las condiciones de aridez y su relación con el hábito en trigo harinero (Triticum aestivum L.)
Tesis de doctorado
Versión publicada
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro
Saltillo, Coahuila, México
"El trigo harinero (Triticum aestivum L.) se encuentra entre los tres cultivos alimentarios 
más extendidos en el mundo, ya que es cultivado en más de 218 millones de hectáreas 
(Giraldo et al., 2019; Rasheed & Xia, 2019). Lo anterior, debido a que posee una alta 
capacidad de adaptación causada por la diversidad de sus genes fenológicos que 
garantizan su éxito reproductivo en una amplia gama de ambientes (Nazim Ud Dowla 
et al., 2018). 
En los últimos años, el cambio climático, caracterizado por altas temperaturas e 
imprevisibilidad en los patrones de precipitación, se ha convertido en la principal limitante 
para su producción (Daloz et al., 2021; Valizadeh et al., 2014). Asimismo, con el aumento 
constante de la población mundial, que se estima será de más de nueve mil millones para 
el año 2050 (United Nations et al., 2019), se requerirá de una mejora significativa en la 
producción de este cereal. 
Entre los rasgos fundamentales de adaptación a diferentes entornos, se encuentra su 
fenología, la arquitectura de las plantas, y la tolerancia al estrés climático, que son 
caracteres cuantitativos controlados por múltiples genes, cuyo estudio es sumamente 
complejo (Lamaoui et al., 2018). Por otro lado, dado que el cambio climático puede influir 
potencialmente en la variación de estos rasgos (Xiao et al., 2018), es importante 
comprender los genes que subyacen a esta variación y cómo interactúan entre sí, con otros 
rasgos y con el entorno del cultivo (Hyles et al., 2020).  
Los genes fenológicos regulan los procesos fisiológicos del trigo (Barrett et al., 2002), 
entre sus principales determinantes se consideran la respuesta a la temperatura de 
vernalización y la duración del día, los cuales están regulados por la variación alélica en 
los genes de vernalización “Vrn” y fotoperíodo “Ppd” (Whittal et al., 2018). Estos genes 
en conjunto con los genes de precocidad per se “Eps” controlan la sincronía de la floración 
bajo condiciones estacionales óptimas (Khumalo et al., 2017).  
Pese a que se han estudiado y manipulado diversidad de genes que subyacen a la expresión 
de muchos rasgos fenológicos (Bendix et al., 2015; Kippes et al., 2015; Ochagavía et al., 
2019; Trevaskis et al., 2007; Yan et al., 2004, 2006; Yoshida et al., 2010), aún se 
desconocen muchos aspectos relacionados con la respuesta ante condiciones climáticas 
limitantes que podrían alterar las fases de desarrollo y el rendimiento del cultivo (Lopes 
et al., 2015), por lo que es importante cuantificar el impacto en la productividad por 
parámetros climáticos como cambios de temperatura y precipitación (Daloz et al., 2021).  
Para Nazim Ud Dowla et al. (2018) la optimización de la fenología del trigo mediante una 
mejor utilización de los recursos genéticos disponibles contribuirá a mantener y 
maximizar el potencial de rendimiento en ambientes con limitaciones. En este sentido, las 
variedades locales representan una fuente potencial de diversidad genética, ya que pueden 
proporcionar los recursos genéticos útiles para hacer frente a los desafíos climáticos en el 
mejoramiento del cultivo (Tehseen et al., 2021).  
Las variedades locales han evolucionado a través ciclos continuos de selección natural y 
humana para subsistir a entornos desafiantes (Corrado & Rao, 2017; Sansaloni et al., 
2020; Vikram et al., 2016). Por lo que albergan en su genoma las firmas de adaptación a 
las diferentes condiciones agroecológicas de sus centros de origen (Contreras‐Moreira 
et al., 2019; Singh et al., 2018).  
Hoy en día, con la disponibilidad de nuevas herramientas bioinformáticas y recursos 
genómicos, como las tecnologías de genotipado de polimorfismos de un solo nucleótido 
(SNP) de alta densidad y rendimiento, puede ser posible diseccionar los mecanismos 
genéticos de rasgos complejos que subyacen al proceso adaptativo (Pavlidis et al., 2010). 
Mejor aún, existen los estudios de asociación del genoma completo (GWAS) que 
representan un enfoque estadístico muy eficiente, en relación con el tiempo, el costo y la 
precisión, para la investigación de variaciones naturales asociadas a diversos rasgos 
usando grandes poblaciones (Nakano & Kobayashi, 2020; Tang et al., 2016).  
GWAS puede detectar la región genómica involucrada en un rasgo objetivo basado en el 
análisis de asociación entre la variación fenotípica y los SNP de todo el genoma 
(Rodriguez et al., 2020). La detección de asociaciones se basa principalmente en la 
cobertura de marcadores genéticos, el número de individuos estudiados y el desequilibrio 
de ligamiento (LD) entre los polimorfismos causales y vinculados (Turuspekov et al., 
2017)"
Estudiantes
Investigadores